Salman Rushdie

La encantadora de Florencia
Literatura Mondadori, 2009
318 p.

El viaje de un extranjero desde el continente europeo hacia la corte del emperador Mogol del siglo XVI, constituye el pretexto a que recurre Rushdie para llevarnos desde un conocido mundo occidental a la exótica nación de la India en formación. El viajero, portador de una historia maravillosa sobre una hermosa y misteriosa princesa perdida en el olvido, es quien inicia un conjunto imaginario en el cual se adentra la narración en la que se extravia un idealista emperador. La narración oscila entre escenas del entorno indio y sucesos que ocurren en la Italia del XVI, locus y epicentro del dogma cristiano, y de revisión y producción de ideas e ideologías científicas, sociales y políticas de Occidente. Algunas de ellas son las formuladas por el filósofo político y escritor italiano, Nicolás Maquiavelo, a quien Rushdie busca liberar de ese rostro de ser calculador y siniestro que le ha puesto la historia. Los personajes difieren de los caracteres construidos por Rushdie en obras anteriores. Se destacan por su equilibrada mezcla de fantasía e historia; con ellas crea Rushdie una de sus obras más fantásticas y alucinantes. La historia de la formación de Sikri, una ciudad con muchos elementos maravillosos, no podía resultar menos asombrosa. “La creación de una vida real a partir de un sueño era una acción sobrehumana”. Sin embargo, gran peso dentro de la historia se lo lleva la esposa imaginaria y favorita de Akbar, la cautivadora princesa de Florencia y algunas fábulas de locuras y encantamientos, que recuerdan a las empleadas por Rushdie en Hijos de la medianoche. JRM

Hijos de la Medianoche
Editorial Sudamericana, 2007
788 p.

¿Cuán profundo puede ser el acontecimiento de Independencia de un pueblo? La emancipación colectiva es el resultado de la liberación de pensamientos individuales. El triunfo de una propuesta de cambio significa en el mejor de los casos evolución, en otros, un paso más dentro del proceso de ensayo y error necesario para lograr la madurez social. Más significativo se vuelve un acontecimiento cuando está acompañado del nacimiento de un ser que constituye la alegoría del cambio. Ésta es la propuesta de Hijos de la Medianoche. La medianoche del 15 de agosto de 1947, momento exacto de la independencia de India y Pakistán, nace un niño con poderes paranormales. Un acto de insurrección de la naturaleza. A este niño le sigue una generación entera de seres extraños, cada uno con una condición especial distintiva. Enmarca la obra una red de convulsiones sociales: las revoluciones que iniciaron el proceso independentista, la invasión de la India británica por parte del Ejército Nacional Indio, y la Segunda Guerra Mundial. Estas le dan pie a un estilo de mestizaje narrativo. Las descripciones están cargadas de numerosas referencias culturales de asidero religioso. El autor incluye un glosario con la pretensión de aclarar algunas expresiones “que aparecen en el texto y cuyo sentido no siempre es evidente”. Estas figuras descriptivas, un poco desconocidas para el hombre occidental, generan esa visión extravagante que se observa en la narrativa de Rushdie. No obstante en la novela, la excentricidad se profundiza por las extrañas capacidades de los personajes, que realizan grandiosas hazañas dentro de la obra. JRM

Los Versos Satánicos
Editorial Sudamericana, 2007
679 p.

El comienzo del libro muestra imágenes reveladoras creadas con una hermosura que se encuentra en enunciados con un acabado impecable, de extrema eficiencia. De forma semejante prosigue el resto de texto, donde el exótico escenario puede suavizar la fuerza abrasadora de las palabras. La novela se centra en la figura del ángel caído, su expulsión del cielo y la condena eterna. Es una visión moderna del trayecto que separa al cielo de la tierra. En un accidente aéreo dos de los ocupantes del vuelo AI-420 de Air India, Gibreel Farishta y Saladin Chamcha, inician su abrupto descenso a la tierra, durante el cual se revuelven sus emociones formando un conglomerado de confusos pensamientos, que se transmutan de la fe a la locura. Pero en Los Versos Satánicos los seres demoníacos son los mismos monstruos que acompañan la vida terrenal; “el dinero, el poder, el sexo, la muerte, el amor” cuando son tocados por la aberración humana. La obra es una copia al carbón del cuestionamiento animal que se plantea el hombre ante las prohibiciones. Para su autor, es la vacilación generada por el vacío bajo los pies. La creación de esa sensación de vacío en un pueblo con un sistema religioso con leyes fuertemente erigidas y que en su visión contemporánea vive una importante renovación, pareciera ser el único delito de Rushdie. “Para nacer de nuevo primero tienes que morir (…) Para posarte en el seno de la tierra, primero tienes que volar”. Con estas frases iniciales Rushdie lanza el primer zarpazo, que más que resultar blasfemo, desgarra la soberbia humana para dejar a la vista la imperfección humana. JRM

Shalimar el payaso
Editorial Mondadori, 2007
504 p.

Occidente y el Islám se toparon con uno de sus puntos más álgidos en los acontecimientos del 11-S. Estos significaron un duro golpe para Estados Unidos y desataron una dura guerra política, donde inocentes pagaron de manera injusta mientras eran discriminados y lapidados con la mirada. Salman Rushdie, no dejó pasar por alto una ocasión tan propicia para la discusión del radicalismo, en el cual el hombre pierde toda perspectiva de diferenciación entre el bien y el mal y, como consecuencia, entre la vida y la muerte. Shalimar el payaso, es un musulmán que trabaja como chofer del ex embajador de los Estados Unidos en la India y jefe antiterrorista para el mismo país, Maximilian Ophuls. Shalimar es un hombre común con una afición: la actuación. En medio de la exploración emocional que implica este arte, Shalimar parece perderse en el abismo de su genio, que muchas veces lograba satirizar la crueldad humana y que, en consecuencia, era completamente incomprendido. Como consecuencia de su extravío emocional, asesina con un cuchillo a Maximilian Ophuls. A simple vista todo parece encajar con el prototipo occidental del asesino terrorista, pero desde la mirada de la “otredad”, Rushdie nos ofrece otra perspectiva de este problema ideológico y religioso. En la novela, las diversas caras de Estados Unidos, Francia, Inglaterra y por supuesto la India parecen reflejar los contrastantes estados afectivos y psicológicos de Shalimar el payaso. Con un final que nos deja atónitos y expectantes, Rushdie concluye una gran historia que fácilmente puede colocarse junto a sus anteriores obras maestras. JRM

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